Capítulo 15
Experimento “Un Marido
para Mamá”
Informe sobre el
desarrollo de los acontecimientos
Le dije a la señora Warez
que no hacía falta que viniera a acompañarme. Quería prepararlo todo el plan sin que ella se
entrometiera. Tendré que apagar el
ordenador por un par de días. El Plan B
ha empezado a funcionar. Mamá llegará en
cualquier momento, así que tengo que moverme y rápido. Quiero estar en la escalera de entrada cuando
llegue.
Experimento 2: Traslado
Objetivo: Mudarnos a la casa
de Sebastián
Si su
instinto protector funciona, Sebastián se hará cargo de nosotros cuando nos
echen del apartamento. Tengo la esperanza
de que nos lleve a su casa. Desde luego
que mamá se negará. Por lo tanto tendré
que encontrar el modo de hacerle cambiar de parecer sin que note que estoy
detrás del asunto.
Procedimiento:
Limitar las
opciones de mamá de modo que, aunque no lo desee, tenga que aceptar la ayuda de
Sebastián.
S: ¿Los echaron de
su casa? ¿Manuel, estás seguro? (Sebastián le preguntó preocupado a Manuel).
Carina al ver que
su hijo asentía gravemente, sus hombros se hundieron durante un instante. Luego irguió la espalda con un gesto resuelto
y decidido.
C: De acuerdo. Vamos a buscar una solución, hijo (declaró de
forma positiva aunque ni ella misma se lo creía).
S: ¿Y cómo
sucedió? (quiso saber Sebastián).
M: La señora
Walters, la dueña del piso, me vio con Miss Mopsey.
Al oír su nombre,
el perro lanudo junto a Manuel gruñó en tono culpable al tiempo que alzaba sus dos
orejas blancas.
S: ¡Pero si es un
perro! Quién lo hubiera dicho (Sebastián
enarcó las cejas, sorprendido).
M: Miss Mopsey es
una perrita. Pero aquí no se admiten
animales. Así que siempre la mantenía
escondida (explicó Manuel). Lo siento
mamá, la señora Walters me sorprendió cuando la sacaba a pasear. Y entonces me dijo que hiciera las maletas
porque no podíamos quedarnos aquí. Así
que tenemos que marcharnos cuanto antes.
S: No puede hacer
eso. Es ilegal. Ahora mismo hablaré con ella (intervino Sebastián
tratando de ayudar en el asunto).
M: ¡No! (exclamó Manuel
poniéndose de pie de un brinco). Estuvo
muy antipática. No quiero vivir más
aquí. No dejará entrar a Miss Mopsey ni
siquiera esta noche. No tenemos más
alternativa que marcharnos inmediatamente.
«¿Inmediatamente?»
Qué interesante. Sebastián cruzó los brazos sobre el pecho,
dudando de la palabra de Manuel.
S: Manuel confía
en mí. Yo puedo hacerle cambiar de
parecer.
C: Gracias, Sebastián,
pero no es tu problema. Y no se trata
solo de Miss Mopsey. También le debo el
alquiler (intervino Carina).
S: Sea como sea,
la mujer no debió haber dejado a Manuel en el portal del edificio.
M: A decir
verdad, la orden solo fue para Miss Mopsey. Pero me dio miedo dejarla sola, así que decidí
quedarme con ella hasta que regresaran ustedes.
C: No se hable
más. Entraré a hacer las maletas
(Expresó Carina con decisión).
M: No hace falta
mamá. Ya está todo hecho. La verdad es que no quería que pasaras más
molestias, así que puse todas nuestras cosas en unas cajas que acomodé aquí,
detrás de la puerta (explicó Manuel con una sonrisa angelical).
C: Gracias,
tesoro, no sé qué haría sin ti (dijo Carina con una sonrisa temblorosa mientras
le acariciaba la cabeza).
S: Puedo
ofreceros mi casa (Sebastián le sugirió con una sonrisa tan angelical como la
de Manuel, aunque ya sabía la respuesta que iba a recibir).
C: Gracias, pero
no es necesario. Nos quedaremos una o
dos noches en un Hotel mientras busco otro apartamento (dijo Carina implacable).
Sebastián pensó
presionarla un poco, aunque estaba seguro de que no obtendría ningún resultado.
Carina Zampini podía tener una voz tan
dulce como la miel, pero esa capa de miel cubría una voluntad indomable. Por lo tanto, lo más inteligente que podía
hacer era limitarse a seguir su ejemplo. Subió la escalera, entró en el portal y eligió
la caja más grande del montón. Al pasar
junto a Manuel se sorprendió al verlo con el ceño fruncido.
S: ¿Qué te pasa,
chico?
M: Nada.
S: Ah, ya
comprendo. Aunque sabes mejor que yo lo
que sucedería si insisto en que me acompañen a casa. Ya conoces a tu madre. Por otra parte la respeto mucho como para
imponerle mi voluntad. Así que levanta
el trasero y ayúdame a cargar las cajas.
M: De acuerdo. Pero creo que puedo lograr que recapacite (dijo
Manuel con una brillante sonrisa).
S: ¿Por qué será
que no me sorprende? Bueno, vamos a
ayudar a tu madre.
No tardaron
demasiado en cargar las pocas pertenencias de la familia Zampini en el
destartalado carro de Carina. En un
momento, Sebastián observó sus vanos intentos por meter una caja que no cabía
en el vehículo.
C: Son los
libros, hijo. Tal vez deberíamos
dejárselos a la señora Walters para que los done a la biblioteca.
S: O podrías
pedirme que los guardara hasta que encuentres otro piso (Le sugirió Sebastián impasible
con los brazos cruzados sobre el pecho).
C: Realmente no
quiero imponerte... (Empezó a objetar Carina. Pero al punto cerró la boca al notar la rabia
contenida que bullía del interior del hombre).
Después de darle
las gracias, amablemente le entregó la caja.
C: Ya te haré
saber mi nueva dirección.
S: No es
necesario. Los acompañaré al hotel. Es lo mínimo que puedo hacer por ti y Manuel,
considerando el estado de este coche, por llamarlo así (manifestó Sebastián al
tiempo que se apoyaba contra el tronco de un árbol, decidido a esperar hasta
que el trasto se pusiera en marcha).
C: Gracias. Quedo en deuda contigo. Vamos Manuel, sube al coche.
Pero cuando Carina
intentó arrancar el motor, nada sucedió.
M: ¿Qué pasa
ahora, mamá? (Sebastián oyó a Manuel).
C: No lo sé (balbuceó
ella).
M: Vamos, sal del
coche y déjame echas un vistazo.
Carina abrió el
capó y de inmediato Manuel se puso a mirar el spaguetti de cables del motor.
S: ¿Puedo ayudar
en algo? (gritó Sebastián a sabiendas de que la respuesta sería negativa).
M: No, gracias (se
apresuró a decir Manuel). Encontré el
fallo. Es el calibrador que está
totalmente fundido.
C: ¿Y se puede
reparar? (preguntó Carina con ansia).
M: Al menos no
esta noche. Habrá que esperar hasta
mañana para llevarlo a un garage.
Sebastián se
acercó. Nunca en su vida había oído
hablar de un calibrador, así que sintió curiosidad por saber qué le había hecho
Manuel al coche. Apenas tardó un segundo
en darse cuenta de que la batería estaba desconectada. Miró de soslayo a Carina, inconsciente de lo
que sucedía. Sin lugar a dudas que la
mecánica no era su fuerte.
S: ¿De verdad que
no necesitas mi ayuda?
C: Oh, no. Manuel puede manejarse solo.
Sebastián se
encogió de hombros.
S: Me parece muy
bien. Aunque ya te ha dicho que tendrán
que esperar hasta mañana.
Si ella le
hubiera pedido ayuda, habría tenido que decirle la verdad; pero saltaba a la
vista que prefería sufrir las consecuencias de su testarudez.
C: Ya lo sé (dijo
abatida).
S: A riesgo de
desafiar tu sentido de la independencia, yo podría ofrecerte un lugar donde
pasar la noche. Tengo una cabaña entre
mi casa y las dependencias de los trabajadores. Y está desocupada.
C: Eso sería
fantástico (exclamó Carina con evidente alivio). ¿Cuánto costaría el alquiler?
Sebastián se
sintió invadido por una oleada de ira que apenas pudo controlar.
S: Será mejor que
tú y Miss Mopsey me esperen en la camioneta (Sebastián le dijo a Carina mordiendo
las palabras). Manuel y yo moveremos las
cajas.
C: Pero...
S: Ahora (ordenó
de inmediato aunque de repente suavizó el tono), por favor...
Alarmada, Carina
abrió los ojos de par en par.
C: ¿Estás
enfadado por algo?
S: Preferiría
discutirlo en otra ocasión.
C: ¿Es porque me
negué a aceptar tu invitación? (Carina le preguntó desafiante a Sebastián,
colocando sus manos en las caderas.
S: Manuel, por
favor ve a la camioneta con Miss Mopsey (ordenó Sebastián al tiempo que
señalaba el vehículo).
M: ¿Tú y mamá van
a pelear?
S: Solo vamos
hablar la situación, amigo.
M: Quizás tú
desees hablar, pero otras veces he visto a mamá así. Ella quiere pelear.
C & S: ¡Manuel!
(gritaron los dos al unísono. Manuel desapareció
al instante).
Carina lo miró
airada.
C: Has alterado a
mi hijo.
S: Tu hijo no
está alterado. Sobrevivirá. ¿Me vas a ayudar a cargar esas cajas o quieres
esperar en la camioneta?
C: Será mejor que
nos lleves a un hotel.
Eso fue más de lo
que Sebastián podía soportar. Sin darle
tiempo a reaccionar la estrechó bruscamente contra su cuerpo. Sus bocas chocaron, pero luego se unieron en
total armonía. Ansiosamente ella le
rodeó el cuello con los brazos y se entregó totalmente a la caricia.
La reacción de
Sebastián al contacto del cuerpo femenino de Cari fue más intensa que nunca. Carina tenía el poder de hacer surgir sus
instintos más primitivos. La necesitaba
en su vida con una desesperación en la que no cabía error posible. Todo lo que tenía que hacer era convencerla de
que su pasión era tan ardiente como la de él.
La apoyó contra
el tronco del árbol y se inclinó hacia su rostro. La boca del hombre buscó ansiosamente la boca
femenina y sus manos recorrieron su cuerpo deteniéndose en los pechos. Las caricias de Sebastián enardecieron a Carina
que, con un quejido, le clavó las uñas en la espalda, mientras enlazaba una de
sus largas piernas a la del hombre.
El sonido de la bocina
de la camioneta los obligó a separarse.
C: Es Manuel. Será mejor que nos ocupemos de las cajas (Carina
le susurró al oído).
S: ¿Y dónde
quieres que te lleve? (Ella se aclaró la garganta).
C: ¿Serías tan
amable en hospedarnos un par de días? (murmuró con una débil sonrisa).
S: ¿Y cuánto he
de cobrarte por el alquiler?
C: Creí que... (se
humedeció los deliciosos labios). Creí
que íbamos en calidad de invitados.
S: ¿Era tan
difícil decir eso desde el principio?
C: No estoy
acostumbrada a ceder a otro el control de las cosas. Por lo general soy yo la que llevo las riendas
de todo.
S: Y tú piensas
que yo intento adueñarme de la situación, ¿verdad?
C: Al menos eso
parece a primera vista.
S: Te equivocas, Carina.
Admiro a las mujeres fuertes. La única vez que me verás perder el control es
cuando compruebe que te empecinas en solucionar los problemas por el camino más
difícil.
C: Ya tengo una
idea. Puedo ayudarte en el rancho a
cambio del hospedaje.
S: ¡No!, y
vayámonos antes de que vuelva a perder la paciencia.
Continuará….
Ay por DIOOOOOOSSS!!!!! Son adictivas tus novelas!!! Gracias, gracias!!!!
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