domingo, 9 de marzo de 2014

Capítulo 30

  
Capítulo 30

Al llegar al rancho, vieron a Esperanza esperándolos en el patio acompañada de una pareja de ancianos que miraban aproximarse el vehículo un tanto nerviosos.

C: ¿No es la tía Esther? (preguntó Carina sorprendida).
S: Y también el tío Ben.  Me tomé la libertad de invitarlos como una visita sorpresa.  Lo que suceda de aquí en adelante es cosa de ustedes.  Pero esa cabaña todavía está disponible por si la deseas.

Carina le rodeó el cuello con los brazos y le dio infinidad de besos alrededor de la cara, terminando en sus labios.  ¿Cómo pudo haber dudado alguna vez de las buenas intenciones de Sebastián?

S: Vamos.  Baja.  Salúdalos (la motivó Sebastián).  Ellos están tan asustados como tú (agregó al ver que la desconcertada pareja se acercaba al vehículo).

Carina se bajó y lentamente se acercó a ellos.  Entonces se produjo un instante de vacilación y luego los tres se abrazaron, lloraron y hablaron atropelladamente.

Por fin Carina, más calmada, le hizo un gesto a Manuel que observaba la escena junto a Sebastián.  Pero Manuel señaló las plantas junto al porche.

M: ¡Mamá!, ¡Sebastián! ¡miren!  Los rosales han florecido.  Están cubiertos de capullos amarillos.

Nunca antes había visto tantas flores en una planta.  Pero, ¿de qué se sorprendía?  Carina le dijo suavemente a su hijo.

C: Ve a saludar a tus tíos, cariño.  Y luego quiero que les presentes al amor de mi vida (su mirada se cruzó con la de Sebastián).  Estoy segura de que lo van a querer tanto como nosotros.

Días después…
Los tíos se habían regresado a Córdoba luego de reconciliarse con su sobrina.  Habían compartido con la familia de Sebastian y quedaron completamente prendados con las ocurrencias de su sobrino nieto, Manuel

Aunque decidieron regresar a Córdoba, le prometieron a Carina regresar para la boda de ellos como también pasar más tiempo juntos y recuperar el tiempo perdido, debido a que Sebastián les había ofrecido la cabaña, cuando ellos decidieran visitarlos en Buenos Aires. 

Sebastián y Carina aún no dormían juntos en la misma habitación ante los ojos de los demás, aunque todas las noches a escondidas, como un juego romántico, cualquiera de los dos brincaba a la habitación del otro para amarse o simplemente para sentirse y dormir juntos. 

Ellos habían decidido guardar las apariencias aunque era un secreto a voces, especialmente para su hijo que compartían todas las noches. 

Manuel se había adaptado a su nueva vida en la escuela, en el rancho, tenía muchos amigos de su edad, le gustaba las actividades al aire libre y su deseo era convertirse en un gran científico, por lo que sus inventos mantenían en vela a Sebastián y a Carina en todo momento.  Sebastián siempre lo alcahueteaba en sus inventos aunque era estricto, Manuel lo respetaba y lo quería como la figura paterna que tanto buscó y encontró en él.

Sebastián se encontraba en su despacho realizando unas llamadas importantes… Cuando Carina entra para decirle…

C: Mi amor, ¿te interrumpo?.
S: Tú nunca me interrumpes, más bien te extrañé, dime.
C: hoy tengo que ir a la ciudad para recoger el diploma, además voy aprovechar el viaje para comenzar a comprar lo necesario para nuestro matrimonio.
S: Ay qué lindo se oyó “Nuestro Matrimonio”.

Sebastián se acerca a ella y la acerca a su cuerpo al abrazar su cintura para darle un beso.  Sus cuerpos tiemblan y se desean mutuamente.  Carina no pierde tiempo y reacciona con pasión al mismo.

V: Ay, Sebas ya estoy deseando que llegue ese día, tan solo falta un mes.
S: Si, y tú no sabes cuánto deseo que llegue ya el día.  Ya no quiero seguir escondiéndome por las noches para amarnos.  Quiero que ante los ojos de todos seas mi esposa.  Aunque creo que ya todos se dieron cuenta que nosotros todas las noches nosotros nos pasamos de una habitación a otra.
V: Si, que vergüenza, ayer tu abuela comentó que apenas pudo dormir por la noche ruidosa y para colmos lo dijo con una amplia y sugerente sonrisa, que hasta Manuel lo confirmó.  Yo no sabía para donde mirar.
S: Ja, Ja, Si a la abuela no se escapa nada.  Bueno, bueno cambiando el tema ¿Te acompaño, yo tengo que recoger unos documentos en el abogado?
C: Subo a mi cuarto, recojo mi cartera y vamos. 
S: Te espero.

En la ciudad…
Ya Carina había buscado el diploma y se dirigían a la Agencia Matrimonial La Rosa Amarilla a buscar a la Abuela Esperanza.  La abuela es quién ayudaría a escoger el vestido de novias a Carina.

En la agencia Matrimonial:
EE: De acuerdo señoras, ahora serviré champagne en sus copas (Wanda se levanta para ayudar a Esperanza a servir las copas).  No, no, Wanda.  Siéntate y relájate, por favor (insistió Esperanza mientras esperaba que la anciana de setenta y seis años cesara de trabajar.  Wanda no podía ni quería cesar sus funciones en la Agencia.  Si no fuera tan eficaz en su trabajo....)  Y tú María, no atiendas ningún teléfono.

Esperanza antes de mostrar a sus amigas el artículo recién aparecido en la revista, se instaló en su asiento y bebió un sorbo de champán.

EE: Esperen a oír esto (dijo al tiempo que sacaba una rosa amarilla de un florero cercano).  Un niño de trece años encuentra un padre (leyó mientras agitaba la rosa para enfatizar la lectura).  Ese es el título.  Y a continuación dice: La agencia matrimonial La Rosa Amarilla cerró un gran trato con Manuel Arce.  Por solo veinte dólares y algunos centavos le consiguió la mejor cita que hubiera podido soñar... una cita con el destino.  Después de completar el formulario en nombre de su madre, Carina Zampini, el ordenador de la agencia La Rosa Amarilla seleccionó al padre perfecto para el joven Manuel.  Se trata del nieto de Esperanza Estevanez, propietaria de la agencia.  Pero fue necesario que Manuel realizara algunos experimentos científicos para convencer a su madre de que Sebastián Estevanez era el marido perfecto para ella.  “Mi proyecto obtuvo la más alta calificación en el colegio.  Pero lo mejor de todo, es que conseguí un papá maravilloso” (declaró Manuel orgullosamente en el artículo de la revista).  Al parecer, la prestación de servicios informatizados de La Rosa Amarilla, agencia experta en relacionar parejas con fines matrimoniales, marcha por muy buen camino.

Con un suspiro Esperanza apartó la revista y alzó su copa.

EE: A la salud de todas nosotras.  Sospecho que nuestra pequeña empresa empieza a marchar por el camino de la prosperidad.  Ah, y antes de que se me olvide, tenías razón, Wanda.  Sabrás que volví a introducir el formulario de Carina con su verdadera edad en la base de datos, y esta vez el resultado fue un 100% de afinidad con el único candidato seleccionado, mi nieto Sebastián.  ¡Tal como lo anunciaste desde el principio!

En ese momento entra en la Agencia Carina junto a Sebastian escuchando que realmente son un 100% compatible.

S: Abuela es cierto lo que acabamos de escuchar, somos compatibles en un 100%.
EE: Si, pero como sabes ya Wanda lo había pronosticado mucho antes que sistema computadorizado.  Además, ¡La leyenda del beso en la familia Estevanez una vez más funcionó! (dijo toda emocionada).
C: (Y mirando fijo a Sebastián) Pero de algo estoy muy segura que nuestro amor es 100% verdadero.
EE: Bueno, ya chicos, que hay mujeres de la tercera edad presente. Ja, Ja, Ja.
S: No me puedo quejar, por que gracias a ustedes, estoy por casarme con esta bella mujer, que amo con locura (le da un beso sonado en los labios a Carina).
EE: Mucha charla, Carina ya nos podemos ir a comprar tu vestido de bodas.
S: Si las llevo al centro en lo que voy al abogado a recoger unos documentos.
C: Si vamos.

Sebastián lleva a Carina y a su Abuela Esperanza al centro y continua camino hacia el abogado.

Oficina del Abogado:
A: Hola, Sebastián.
S: Hola Michael, me tienes el documento que te pedí que redactaras.
A: Sebastián, si lo preparé según tu requerimiento.
S: Gracias, te lo enviaré tan pronto tenga las firmas para que puedas procesarlo legalmente.

Ya de camino al rancho, Carina había realizado todas las compras junto con la Abuela y Sebastián (que se había unido después de visitar a su abogado).

C: Sebas, y no soy curiosa pero…
S: Pero quieres saber que fui a recoger en la oficina de mi abogado, no.
C: Porque te voy a decir que no, porque sí, me intriga, además recuerda que dijimos que siempre vamos a ser sinceros el uno con el otro.
S: Si ya me extrañaba que no me preguntaras antes.
C: No porque tenía mil cosas en la cabeza con eso de la compra de mi vestido.  Además, porque te conozco y confío en ti, estaba segura que me lo dirías en algún momento, pero tengo que aceptar que mi curiosidad pudo más.
S: Pero se va tener que esperar un poquito para enterarse, es una sorpresa.
C: Y no me podrías adelantar algo.
S: Eso si ….que nó, ja, ja, ja.
C: Bueno no te agobio más con mis preguntas (le dice girando su cara hacia la ventana del vehículo para ignorarlo y se sintiera un poco culpable de no confiar en ella).
S: Pero mi amor, no te enojes.  Ya verás que cuando te enteres te va encantar.
C: Bueno (le dijo como una niña pequeña cuando la hacen esperar para una sorpresa o regalo).

Ya habían llegado al rancho y tan pronto como llegaron, Manuel corrió a saludarlos.  Ambos hombres ayudaron a entrar a la casa todos los paquetes y bolsas de los artículos comprados.  En un aparte, sin que Carina se percatara, Manuel le preguntó a Sebastián que cuando hablaría con su madre.  Él le dijo que esa misma noche después de la cena hablaría con ella.

Continuará… 

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