miércoles, 5 de marzo de 2014

Capítulo 26

  
Capítulo 26

De camino al Hotel Internacional…
S: Cariño, estabas tan entusiasmada como una pequeña.  Tengo la impresión que no disfrutaste mucho en tu niñez.
C: No fue así; mi niñez fue muy normal.
S: ¿Te criaron tus tíos?
C: Mis padres fallecieron cuando tenía cuatro años y ellos me llevaron a su casa.  Son buenas personas y querían lo mejor para mí.
S: ¿Crees tú que tus tíos se acostumbrarían a vivir en Buenos Aires?

Habían llegado al hotel International.  Bajo la farola de la calle tuvo un fugaz visión de las grandes montañas, convertido en hotel; una vista que siempre la emocionaba.

C: ¿Buenos Aires?  ¿Qué sugieres, Sebastián?

Él se encogió de hombros al tiempo que abría la puerta.

S: Tengo esa cabaña y no la utilizo para nada.  Ahora que ya no apesta a zorrilla, podríamos decorarla y quedaría transformada en un confortable apartamento.

Ellos podrían disfrutar de su independencia y tomar las comidas en la casa grande.

C: ¿No crees que ya tienes suficientes invitados en el rancho? (preguntó con cautela).

El no respondió hasta llegaron al vestíbulo victoriano, la parte más antigua del hotel.

S: ¿Quieres la verdad?
C: Sí, por favor.

Él se detuvo junto a un gran reloj antiguo y la giró hacia él.

S: Carina, si traer a tus tíos a Buenos Aires pudiera ser una razón para que te quedaras, ahora mismo iría a buscarlos a Córdoba.
C: No creo que sea necesario, aunque es un tanto prematuro (respondió Carina amablemente al tiempo que subían la escalera hacia sus habitaciones).
S: No lo será por mucho tiempo (dijo Sebastián al tiempo que abría la puerta y la dejaba entrar).  Porque llegó la hora.
C: ¿La hora de qué? (preguntó ella ocultando una sonrisa).
S: La hora de volver a pedirte que te cases conmigo.
C: Mi amor, nunca pensé que mi corazón latiera a 100 kilómetros por milla.
S: Entonces, Lo harás, aceptas mi proposición de matrimonio?
C: Nunca pensé que volverías a pronunciar esas palabras, pero mentiría si te dijera... (apenas pudo terminar la frase cuando los labios de Sebastián ya estaban sobre los suyos).

Un largo instante después Sebastián la miró con una dulce sonrisa.  Él no dejo que respondiera, solo continuó el beso.  Al principio el beso fue algo tímido, tierno, pero después una vez que Carina se soltó más empezaron a jugar con sus lenguas, el beso pasó de ser tierno a apasionado, admitiendo que ambos estaban completamente enamorados.


Después de varios minutos se separaron, se miraron a los ojos y sonrieron, sinceramente estaban felices.

S: Cari, que lindo beso (Dijo Sebastián dándole piquitos).
C: Hermoso beso (Dijo Carina volviéndolo a besar con más intensidad)

Sebastián no lo podía creer.  Le tomo de la cara y la besó con toda la pasión del mundo, como si no hubiera un mañana.

S: Cari, ahora si te voy a llevar hasta el fin del mundo

Sebastián la empezó a besar con toda su alma, quería demostrarle con ese beso todo el amor que le tenía, y que estaba feliz de estar con ella, después de ese beso bajó hasta el cuello, donde se detuvo un rato.

Empezaron a caminar de la sala de la suite hacia la cama mientras se besaban, cuando estaban a punto de llegar Sebastián dejo de besarla y le tapo los ojos.


S: Espero que te guste esto mi amor- Dijo destapándole los ojos.

Carina abrió sus ojos y más se emocionó, no podía creerlo, era demasiado para ella.  Estaba toda la habitación llena de flores, menos un camino que los conducía a la cama.  Se empezaron a besar, caminando hasta caer a la cama, Sebastián arriba de ella. 

Suavemente Sebastián le empezó a quitar la camisa a Carina, mientras que ella le desabotonaba poco a poco cada botón de la camisa de él.  Inmediatamente después él, le saco la falda y ella su pantalón.  Estaban solo en ropa interior besándose como nunca, se amaban y querían demostrárselo el uno al otro.

Sebastián le saco el corpiño a ella, y bajo hasta sus pechos y los empezó a besar, Carina no podía más el placer que este hombre ocasionaba en ella.  Entonces Sebastián le susurró al oído, te amo con toda mi alma y ahora sí que te voy a llevar al fin del mundo y la besó.  

En cuestión de segundos, Sebastián se deshizo de las últimas barreras y finalmente y con mucho cuidado entró en Carina.  Primero fueron movimientos suaves, a los cuales Carina respondía con gemidos, haciéndole saber a Sebastián el disfrute y placer que le estaba ocasionando.  

Después de un tiempo empezaron los movimientos más fuertes y apasionados.  Ambos intercambiaron frases de amor, mimos tiernos y apasionados.  Sebastián siempre estuvo a pendiente de Carina, quería que ella disfrutara en todo momento y que estuviera completamente segura de sus sentimientos y el amor que él sentía por ella.

Así estuvieron toda la noche hasta que quedaron rendidos, ella sobre su pecho y el abrazándola.

A la mañana siguiente Carina se levantó temprano, mientras Sebastián dormía, ella se detuvo un tiempo a mirarlo. No podía creer nada de lo que estaba pasando entre ellos, pero era una bella realidad y estaba muy feliz.  Sabía que Sebastián siempre la cuido en todo momento, y ella lo amaba, de eso no tenía ninguna duda.  

Carina se colocó la camisa de Sebastián y salió al balcón de la suite, observó un instante el lindo paisaje que tenía frente a sus ojos.

Era naturaleza pura, le encantaba ese lugar.  La hacía acordar donde se había criado.  

Ese pensamiento hizo que Carina se acordara que tenía que ser honesta a Sebastián y sabía que había llegado el momento de contarle la verdad.


Continuará…





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