domingo, 2 de marzo de 2014

Capítulo 22


Capítulo 22

Después de que ambos subieran a cambiarse cenaron sin mayores convenientes.  Habían decidido ir a la ciudad, al día siguiente, a realizar algunas compras.

C: ¿Qué quieres decir con que nos hemos quedado sin gasolina? (preguntó Carina mientras estacionaba su coche a un lado de la carretera).  Sebastián te puedo asegurar que llene el tanque de gasolina el día que fui a la ciudad.
S: Y si mal no recuerdo eso fue hace tres días.
C: Y todo esto sucede por culpa tuya, tú insististe en venir a la ciudad en mi coche.
S: Si la memoria no me falla había una buena razón.  Quería que el mecánico te lo revisara mientras hacíamos las compras en el supermercado.  Si todavía quieres ir a Córdoba en este trasto, me sentiría mejor sabiendo que por lo menos podrás llegar.
C: Muchas gracias.  Pero ahora estamos parados en medio de la nada como una pareja de adolescentes en su primera cita (espetó furiosa).
S: ¿Qué tienes en contra de la civilización?
C: Me gusta contar con un amplio espacio entre mis vecinos y yo.

Sebastián salió del coche, sacó las bolsas de la compra de la parte trasera y echó a andar.

S: ¿Vienes? (preguntó al ver que Carina se quedaba atrás).
C: ¿Queda muy lejos el rancho?
S: Bastante lejos, aunque creo que llegaremos a la hora de cenar (comentó con una sonrisa burlona al notar la expresión de ella).  Pero espero que alguien pase por aquí y nos lleve al rancho.  Y cuando lleguemos tendré que matar a tu hijo nuevamente.
C: ¿Manuel?  ¿Qué tiene que ver con esto? (Carina se volvió para mirar el coche).  ¡Oh, no puede ser!
S: Apostaría a que sí.  Tú misma dijiste algo de que los adolescentes suelen quedarse sin gasolina en su primera cita.  ¿Y sabes por qué maquina todas estas tretas?
C: Ya lo sé.  Pero no puede seguir haciéndolo.  Tenía que haberle bastado con ese pésimo truco del dormitorio.
S: Aunque te confieso que a mí me gustó más el apagón en el despacho.  Ese truco casi funcionó.  ¿No crees tú? (preguntó con una sonrisa burlona).

Carina se ruborizó hasta la raíz de los cabellos, para deleite de Sebastián.

C: Hablar con él no ha servido para nada (observó ella).
S: Y para qué demonios quería dejarnos solos en medio de la nada, como dices tú.
C: Quizás para que conversemos, o solucionemos nuestras diferencias, o simplemente para que nos besemos.  ¿Quién podría saberlo?  Si ya no podía con su forma de pensar a los cuatro años, menos la entiendo ahora que tiene trece (comentó Carina con un hondo suspiro).
S: ¿Y Pablo?  ¿Cómo llevaba a Manuel?
C: De la misma manera que afrontaba todas las cosas.  Huyendo.
S: ¿Le intimidaba la inteligencia de su propio hijo?
C: Creo que sí.  ¿Y a ti?
S: Para nada.  Lo único que me molesta es que presiento que no va a parar con estas insensateces.  Hablar con él no ha servido para nada.
C: No creo que eso surta efecto.  Deberíamos ignorarlo.  De todos modos la solución se nos escapa.  Creo que ha llegado la hora de hacer un serio esfuerzo para encontrar trabajo y un lugar donde vivir.
S: Pensé que habías dicho que te quedarías hasta después de la Fiesta.
C: ¿Y seguir alimentando las esperanzas de Manuel?  No creo que le haga bien gastar sus energías en su intento por vernos a uno en brazos del otro.  Solo terminará frustrado y furioso (comentó Carina desalentada).

Sebastián le acarició el pelo.

S: Entonces, según tu deseo, lo vamos a ignorar.  Carina, insistes en que no quieres implicarte en una relación sentimental, pero de hecho ya lo estamos.
C: No, yo...
S: La verdadera pregunta es por qué te asusta tanto admitirlo (La interrumpió Sebastián).  ¿Qué daño te haría a ti o a Manuel confesar que sientes algo por mí?
C: Porque sería muy doloroso para todos cuando la relación se acabe.  Y le causaría a Manuel un daño irreparable.
S: ¿Acabar?  ¿Y por qué estás tan segura? (preguntó Sebastián consternado al tiempo que dejaba las bolsas en el suelo).  ¿Quién dice que tiene que terminar?

Con profundo desaliento, Carina se detuvo en medio del camino solitario, rodeada de un paisaje infinito.
C: Lo digo yo.  Ya lo verás.  Siempre sucede así.

Continuará….

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